miércoles, 31 de agosto de 2016

LOS PERROS SON CAPACES DE DECODIFICAR LAS PALABRAS Y ENTONACION DE LAS PERSONAS

AFP

Un estudio determina que los canes son capaces de decodificar las palabras y entonación de las personas.


Los perros son capaces de distinguir palabras del vocabulario y la entonación de la voz humana a través de unas regiones del cerebro similares a las del hombre. Así lo ha desvelado un estudio publicado en Science Reports realizado por la universidad húngara de Eötvös Loránd.
Según la investigación, el aprendizaje del lenguaje no es una capacidad exclusiva del humano. "Se trata de una función anterior que puede ser explotada para vincular secuencias de sonidos arbitrarias a significados", afirma el artículo. Las palabras son bloques de construcción básicos en el lenguaje del ser humano, algo que no se había encontrado en comunicaciones no humanas. De igual modo, la entonación también tiene que ver ya que el hombre entiende el habla tanto a través del vocabulario como de la forma de expresarlo a través de la entonación.

Para determinar si los perros dependen de mecanismos similares, el equipo dirigido por Attila Andics, especialista en el lenguaje, expuso a los canes a grabaciones de voces de sus adiestradores, que les hablaron utilizando diferentes combinaciones de vocabulario y entonación, tanto en forma de alabanza como en tono neutro.
El resultado de la investigación determina que, independientemente de la entonación, los perros son capaces de procesar el vocabulario, reconociendo cada palabra como algo distinto y procesándolo a través del hemisferio izquierdo del cerebro, tal y como lo hacen los humanos. También son capaces de procesar las entonaciones, demostrando que son capaces de entender tanto el vocabulario como la entonación.
Etiquetado en:

miércoles, 17 de agosto de 2016

El transportín: un gran aliado


El transportín: un gran aliado
Muchos propietarios de perros y gatos pueden tener la impresión de que el transportín es como una especie de jaula, como un “castigo” para el perro, sin embargo, nada más lejos de la realidad: bien utilizado resulta muy útil tanto para su comodidad como para su correcta educación, y no tiene por qué representar nada negativo para la mascota. Si le acostumbras desde cachorro, lo agradecerás, y él también.
1. ¿En qué te puede resultar muy útil?Lo primero que debemos tener claro es que un transportín no es el lugar en el que el perro o el gato deben “realizar” su vida. La mascota solo debe permanecer en él cuando sea necesario: en los viajes será un espacio cómodo y seguro; para llevarle al veterinario y que permanezca tranquilo mientras espera a ser atendido; en casa si quiere descansar dentro de él para sentirse seguro en caso de que haya mucho jaleo en el hogar, por ejemplo, o si siente fobia a los petardos o tormentas, etc…
Hay que educarle pacientemente con el objetivo de que represente para él un lugar acogedor, placentero, una especie de agradable “refugio” en el que se sienta a gusto y tranquilo, durante un corto periodo de tiempo.
El transportín: un gran aliado
2. ¿Cómo acostumbrarles a él?1. Con la puerta abierta (o sin ella si se trata de un transportín rígido de puerta desmontable,) le vas dando de comer en él: así asocia ese pequeño espacio con el sitio donde recibe su alimento.
2. Colócale una mantita o colchoneta y, dejándolo siempre abierto,anímale a que haga ahí sus pequeñas siestas o a que duerma.
3. Ponle su juguete favorito en el interior, juega con él: tíraselo dentro del transportín para que vaya a buscarlo dentro de él: así irá perdiendo el “respeto” a ese lugar nuevo. Si es un cachorrito, intenta introducirle en el transportín cuando esté cansado, ya que si está en plena actividad lo más normal es que no quiera permanecer en él, sino seguir corriendo y jugando.
4. Incrementa poco a poco el tiempo de permanencia del perro dentro del habitáculo, siempre cerca de ti, sin perderlo de vista, para que lo vaya aceptando con naturalidad. Es normal que al principio, cuando le cierres la puerta, proteste, y quiera salir. Cálmalo con palabras de afecto, que vea que estás ahí, y cuando se tranquilice, le abres la puerta. Poco a poco, verás qué rápido se acostumbra, sobre todo si es un cachorro. Con los perros adultos hay que tener algo más de paciencia y constancia: a algunos les encanta desde el primer día, y a otros les cuesta un poquito más.
5. No le permitas hacer sus necesidades en él. No es el lugar adecuado para ello.
 3. Elige el adecuado: cómodo y seguroUn transportín debe resultar confortable y seguro para nuestro perro o gato y hay que elegirlo en función del tamaño de la mascota (para ello conviene pesarla y medirla).
Antes de comprarlo pensemos bien qué uso le queremos dar y entonces seleccionemos el más adecuado de entre uno de los casi infinitos modelos que ofrece el mercado: rígidos, de plástico, acolchados, con ruedas, con asas tipo bolsa, dobles, y siempre comprobemos que tengan las suficientes rejillas, para asegurar una buena ventilación del interior.
La altura y la anchura del transportín deben permitir que el perro o el gato se puedan poner apoyados sobre sus cuatro patas, moverse, darse la vuelta y tumbarse cómodamente.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Perros con miedo a los petardos. 6 consejos para controlarle



Qué hacer si tu perro tiene miedo a los petardos
Verbenas, fiestas patronales, etc… En esta época es frecuente que el ruido atronador de los petardos, o las luces fuertes y discontinuas de los fuegos artificiales, e incluso las tormentas, aterroricen a tu perro, llevándole (y a ti con él) a una situación de estrés y angustia. El miedo a este tipo de ruidos fuertes e imprevisibles es muy común en muchísimos perros. Te damos 6 consejos que te pueden ayudar a controlar la situación.
Algunas mascotas se muestran tan asustadas y desorientadas que se pueden hacer daño en un intento de huida o búsqueda de protección, mostrar agresividad o escapar y correr el riesgo de atropello o extravío. Es muy importante permanecer junto a él, si se puede, en este momento.
Si estamos en casa con él:
1- Proporcionar un lugar seguro: seguro que le vemos corretear “sin ton ni son” por la casa, buscando un sitio en el que sentirse protegido. Adelantémonos a esta conducta errática y coloquemos su camita o su alfombrilla en un lugar en el que se sienta “a salvo”: en el baño, debajo de la cama, cerca del sofá, en la cocina, a nuestros pies. Resulta muy útil, casi infalible, que si el perro está acostumbrado al transportín y le gusta, coloquemos este en el lugar donde estamos nosotros y lo abramos: veréis que rápidamente se mete en él y permanece dentro, para sentirse tranquilo en ese pequeño espacio. 
2- Minimizar el sonido y las luces: cerremos tranquilamente puertas, ventanas, e incluso bajemos las persianas, encendamos las luces, podemos poner la radio, la tele o cualquier ruido cotidiano de fondo que le impida escuchar el estruendo, y a la vez le de la sensación de que “no pasa nada”. Intentemos que no haya corrientes de aire en la casa: hay muchos perros que asocian esa pequeña brisa al preludio de una tormenta y comienzan a angustiarse.
Perros con miedo a los petardos. 6 consejos para controlarle
3- No alimentemos esa conducta: permanezcamos discretamente pendientes de él, pero no le hagamos ver que está en una situación de estrés: no es conveniente que cuando se encuentra alterado y agitado le digamos “pobrecito, qué malos los petardos” o le prodiguemos unas muestras de afecto exageradas en ese momento, para que no le hagamos sentir que esa conducta es positiva. Le hablaremos con calma y afecto, pero procurando seguir con las rutinas cotidianas, como sin darle importancia a la situación para que él no se la de tampoco.
4- Le distraemosmuchos perros reaccionan bien y se “olvidan” de los petardos si justo antes de que se produzca el estruendo comenzamos a jugar con él, a peinarle, bañarle, a practicar algún ejercicio en casa, e incluso le podemos ofrecer un poco de comida. Si ya ha entrado en la fase de “pánico”, resulta bastante más difícil distraerle y “sacarle” de esa situación.
Si estamos fuera de casa con él:
1-Bajo control:  es más importante que nunca que el perro vaya con su collar y correa y le sujetemos fimemente para evitar que huya y pueda sucederle algún percance. Si es de tamaño pequeño o mediano suele ser eficaz cogerle en brazos para que se sienta seguro y no se lastime o se vuelva incontrolable mientras llegamos a un lugar familiar para él.
2- Siempre identificado: Además del chip obligatorio, es recomendable utilizar una placa de identificación para facilitar su localización en caso de que se pierdan durante este momento de miedo.
Finalmente, si a pesar de todos nuestros esfuerzos no podemos controlar estas fobias, es conveniente consultar con nuestro veterinario, quien indicará la pauta de corrección o medicación en caso de ser necesaria, para controlar sus alteraciones y estrés.

martes, 9 de agosto de 2016

¿Cuántos años humanos tiene mi perro?