martes, 29 de agosto de 2017

¿Es dominante tu perro?


¿Tu perro es dominante?
Un buen número de propietarios observan un comportamiento “dominante” en sus perros, que se puede manifestar tanto cuando están con otros congéneres como en el hogar, con la familia. ¿Cómo educarlo para manejar y controlar la “dominación”? Te damos algunas recomendaciones.
Cómo reconocer si tu perro es dominanteLo primero es distinguir entre el comportamiento dominante y la agresividad, aunque no es extraño que rasgos intensos de dominancia puedan desembocar en conductas agresivas o amenazantes. La actitud del perro de querer “controlarlo” todo y de imponerse sobre otros y sobre su propietario puede comenzar cuando es cachorro, sobre todo si este muestra ausencia de autoridad y liderazgo y le permite “salirse siempre con la suya”, ya que los perros dominantes tienden a ser tercos. Ciertas razas tienen predisposición a ser más dominantes que otras, aunque la variación individual es muy notable y cualquier perro puede tener un carácter dominante. A menudo los machos tienden también a serlo más que las hembras, aunque también se encuentran casos de perras muy dominantes.
Si has observado alguno de estos signos de manera habitual, puede que tu perro tenga una clara tendencia a la dominancia:
– No permite que te acerques a su comedero e incluso gruñe o se muestra amenazante cuando lo intentas.
– No acepta soltar sus juguetes, salir de su colchoneta o realizar algún movimiento cuando se lo indicas.
– Te gruñe o te intimida cuando juegas con él, y si aumentas la intensidad del juego este comportamiento se agudiza.
– No consiente que ninguna persona u otro perro o se acerque a ti.
¿Qué puedes hacer?Es frecuente que, en algunas familias, el perro adopte un rol de dominante jerárquico (sin importar el tamaño del perro) y trate de mantener ese status, incluso mediante la intimidación, si ve peligrar esta condición.
La dominancia es una pauta más de las muchas que componen las estrategias sociales con las que los perros se relacionan entre ellos: los roles de dominancia y sumisión se manifiestan en numerosas situaciones como el juego, la comida, el territorio, acaparar la atención de su propietario, etc. El verdadero problema surgirá si el perro traspasa los límites y muestra un comportamiento agresivo. No hay que dudar en solicitar asesoramiento a un etólogo o adiestrador experto para que nos ayude a revertir esta situación.
Una correcta educación significa poner límites y restricciones desde que el perro es un cachorro, que este debe respetar y “comprender” por su propio bien, para que se convierta en un adulto seguro y controlable, y en ella juega un papel imprescindible una buena socialización que le ayudará a relacionarse de una manera armónica y confiada con su entorno. Es muy importante marcar pautas y comportarse siempre con nuestro perro de una forma coherente y firme, sin perder nunca los papeles. Los perros valoran el liderazgo por la firmeza, la estabilidad emocional y las reglas y no nos considerarán sus líderes si aprecian en nosotros un carácter inestable e impredecible con aspavientos y gritos cuando queremos que nos obedezcan.

jueves, 3 de agosto de 2017

¿Cuántas veces al día tiene que comer un perro?


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Los que tenemos perro sabemos que debemos elegir una dieta apropiada para él, para su edad, ritmo de crecimiento, necesidades fisiológicas, actividad física, estilo de vida, etc. Además tiene que cubrir de manera equilibrada todas sus necesidades nutricionales al respecto. Pero seguro que a todos nos surge la duda de cuántas veces hay que darle de comer al día. Pues te lo vamos a explicar en unos sencillos puntos.
1. En el destete (aproximadamente a las cuatro semanas): alimentaremos a nuestro cachorro tres o cuatro veces al día. Ellos tienen necesidades nutricionales diferentes a las de los perros adultos, por lo que elegiremos un alimento de alta calidad, adecuado en nutrientes, completo y acorde a su velocidad de crecimiento. La introducción a la alimentación sólida, como ya hemos explicado en otras entradas, la haremos de forma gradual.
2. A partir de las ocho semanas: alimentaremos al cachorro tres veces al día y siempre manteniendo agua fresca a libre disposición para él.
3. Entre los tres y seis meses de edad: lo más aconsejable es mantener su alimentación en tres tomas diarias, si es posible. Solo en caso de que nuestro ritmo de vida no nos lo permita, las reduciremos a dos comidas diarias. Aunque pueda mostrar apetito caprichoso o demandar otros alimentos, como chuches o premios, no debemos caer en la tentación de acostumbrarle a que coma lo que él quiera, tiene que aprender que ha de comer lo que nosotros le demos.
4. De los seis a los doce meses de edad: en algunas ocasiones nuestro perro nos puede parecer ya un adulto pero ¡no debemos olvidar que sigue siendo un cachorro!, aún debe crecer y madurar. A partir de este momento, en todas las razas y tamaños, ya podemos reducir las comidas a dos tomas diarias. En los perros pequeños y miniatura, cuyo crecimiento finaliza antes, podríamos suministrar una toma al día a partir de los ocho meses, pero en las razas medianas y grandes lo aconsejable es continuar con dos tomas en este periodo.
5. Diez a doce meses: entre estos meses de edad alcanzan la madurez las razas de tamaño mediano (peso adulto entre los 10 y los 25 kg), deberemos adaptar su alimentación a este momento. Podemos continuar dando la ración diaria en dos tomas, pero ya podemos pasar a una sola toma diaria.
6. De uno a dos años: llegan a la madurez los perros de tamaño grande o gigante. Cuanto mayor es la raza más tarde finaliza su crecimiento. Haremos también un cambio progresivo hacia una alimentación de adulto adecuada a su mantenimiento. En estos perros muy grandes es conveniente, para evitar una ingesta excesiva y prevenir una posible torsión de estómago, continuar repartiendo la ración diaria en dos tomas durante toda su vida.
Aunque una vez que son adultos los perros pueden espaciar mucho sus comidas sin problema, siempre será más recomendable administrar la ración diaria en dos tomas, ya que con ello mejoramos la digestibilidad de esa ración. Pero si nuestra rutina diaria no nos lo permite, nuestro compañero se adaptará perfectamente a alimentarse una vez al día.