martes, 6 de febrero de 2018

POR QUÉ LADRAN LOS PERROS

POR QUÉ LADRAN LOS PERROS, CUÁNDO ES UN PROBLEMA Y CÓMO SOLUCIONARLO

El perro se comunica con el entorno de muy diversas maneras, y entre ellas está el ladrido, cuyas funciones principales son diferentes según las circunstancias, ya que el perro ladra durante el juego, cuando algo le pone alerta, para saludar o simplemente para establecer contacto sonoro en la distancia.
Lógicamente, el ladrido es percibido por el ser humano de manera subjetiva, ya que no a todo el mundo le parece igual de molesto, siempre que el perro ladre en las situaciones más comunes, por ejemplo, cuando alguien llama a la puerta.
En general, el ladrido se convierte en un problema cuando es extremadamente insistente y aparentemente compulsivo al no poder determinar un elemento objetivo que lo desencadene o, si se conoce, no podemos intervenir para solucionarlo. Este problema se intensifica cuando se vive en comunidad y si el perro ladra por la noche, cuando la inmensa mayoría de nosotros estamos descansando.
Es en estos casos cuando se debe determinar cómo podemos solucionar el ladrido insistente del perro. Para ello, lo primero que debemos saber es si se trata de un signo de un trastorno del comportamiento o si el ladrido es un comportamiento que puede ser corregido.
Problemas complejos de comportamiento vinculados con el ladrido
Los problemas de comportamiento más frecuentes en los que aparece el ladrido insistente son la ansiedad (que puede ser por separación, posvacacional, por una mudanza, etc.), la agresividad por miedo, el síndrome de disfunción cognitiva y las conductas compulsivas, de las que forma parte el propio ladrido.
En general, el ladrido de ansiedad por separación es persistente y continuado, próximo a la salida del propietario de la vivienda; también pueden aparecer aullidos y lloriqueos. El ladrido de agresividad por miedo es rápido y agudo, con la posibilidad de que también emita gruñidos. El ladrido compulsivo es extremadamente repetitivo, tanto en secuencia como en frecuencia; es decir, emite un ladrido muy semejante, constante y rítmicamente. No podemos indicarte cómo es el ladrido de la disfunción cognitiva, porque no existe un patrón determinado, sino que es variable incluso en el mismo perro.
Aun así, el ladrido no es el único signo a tener en cuenta, de ahí que deba ser un etólogo canino quien determine lo que le está pasando al perro, ya que sabrá valorar otras cosas como la postura, estímulos que a nosotros nos pasan inadvertidos y cuál es el contexto.
Ladridos asociados a determinados tipos de comportamiento
Si un experto descarta la presencia de alguno de estos trastornos, el ladrido insistente o inapropiado suele estar asociado a dos tipos de comportamiento que no son considerados un trastorno en sí mismos. Por un lado está el ladrido para llamar la atención y, por otro, el ladrido de excitación por la existencia de algún estímulo, como ruidos o la llegada de extraños.
En cualquiera de estos dos casos, un buen adiestramiento puede corregirlo, especialmente porque suelen producirse en presencia del propietario. El primer paso es no prestar al perro la más mínima atención cuando ladra y premiarle cuando deja de hacerlo. Esto resulta especialmente difícil si el perro ladra por la noche, si el propietario no es constante y si tampoco tiene paciencia suficiente para esperar a que el perro deje de ladrar, de ahí la conveniencia de que también lo ejecute un profesional.
Para algunos perros es muy eficaz desviar la atención dándoles algo que los entretenga, como un juguete que contenga alimento o que sepamos que al perro le gusta mantener en la boca, con lo que deja de ladrar.
Como ves, el pronóstico a la hora de conseguir que un perro deje de ladrar constantemente es muy variable porque no sólo está la posibilidad o no de contar con un experto, sino que cuando el propietario está presionado por los vecinos, lo habitual es que no pueda esperar a que surta efecto un tratamiento relativamente largo.
En definitiva, es recomendable siempre el adiestramiento en positivo. Consulta con profesionales, por ejemplo, con un experto en etología canina, que te aconsejará la mejor forma de actuar.

sábado, 3 de febrero de 2018

CUIDADO CON LA PROCESIONARIA

La procesionaria del pino
Hace unos días me preguntaron si la procesionaria del pino afectaba también a los gatos. Pues sí, la procesionaria del pino afecta a los perros, a los gatos, a los humanos y a todo ser vivo que tenga un contacto directo con ella.
Lo que tenemos que tener claro sobre la procesionaria del pino es:
  1. Aunque su pleno apogeo estará en torno a la primavera, podemos empezar a encontrarla desde finales de enero – febrero si hace buen tiempo.
  2. Hablamos de procesionaria del pino pero la podemos encontrar en otros árboles como cedros o abetos.

  3. La podemos encontrar en todos los lugares donde estén estos árboles, es ridículo pensar que solo la vamos a encontrar en el campo.
  4. Son muy peligrosas, tanto, que puede afectar gravemente a un niño y puede matar a nuestra mascota. No exagero.

  5. No solo afecta a los perros, que las campañas veterinarias suelen ir dirigidas a los perros es porque es la mascota más común que tenemos y que paseamos por lugares donde podemos encontrar estas orugas. Son campañas que nos avisan, nos alertan y lo hacen de la manera que más nos llega, a través de la mascota más común. Con esto dejamos claro que las orugas nos pueden dañar a los gatos, a los conejos y a todas las mascotas que tengan un contacto directo con el pelo de las orugas, que en definitiva, es lo que causa el mal.

  6. Si sospechamos que nuestro animal está sufriendo un cuadro debido a la procesionaria, no tocar, no lavar, solo cogeremos a nuestro animal, sea perro o gato, y lo llevamos de inmediato al veterinario. ¿Cómo podemos sospechar eso? Pues si vemos que nuestro animal tiene el hocico inflamado, tiene dificultades para respirar, comer o beber, o tiene su patas inflamadas y se rasca mucho, son algunos de los indicadores de que algo no va bien siempre y cuando hayamos estado en una zona donde podrían estar las procesionarias.

  7. La recomendación más sensata para evitar a estas orugitas que tanto daño hacen es evitar aquellos parajes donde sospechemos que pueden estar. Hoy por hoy, cada vez son más los parques y zonas de árboles, que son tratadas para que la procesionaria no haga su aparición pero aún así, hay que extremar las precauciones. Con los perros lo tenemos muy fácil, solo hay que evitar el llevarlos de paseo por aquellas zonas. Con los gatos no lo tenemos tan fácil porque si nuestro gato es el que está acostumbrado a dar su paseo y luego volver a casa, no tenemos manera de controlar donde van o donde no van. Solo os puedo aconsejar que en estos meses, si vives en zona donde haya mucha procesionaria, intentes que tu gato no salga a la calla si no está bajo tu control.