viernes, 26 de mayo de 2017

Mi perro ladra constantemente ¿qué puedo hacer?


Mi perro ladra constantemente ¿qué puedo hacer?
Como sabemos, el ladrido es una de las formas de comunicación más evidentes y “elocuentes” del perro: ladran cuando están emocionados y quieren salir de paseo, ladran para reclamar nuestra atención, ladran como advertencia ante algo que supone una amenaza pero, en múltiples ocasiones el ladrido se vuelve constante, sin motivos aparentes, y se convierte en un serio problema para la convivencia y para la integración del perro ¿Qué se puede hacer en este caso?
1. Averiguar el origen del ladridoEl primer paso para solucionar este problema es entender por qué ladra tanto nuestro perro. Las causas más comunes de los ladridos son:
– Para reclamar nuestra atención (quiere comer, salir a pasear, etc.).
– La emoción y la alegría (cuando llegamos a casa o para jugar con otros perros…).
– El aburrimiento (no tiene suficiente actividad o pasa mucho tiempo solo).
– La ansiedad (muy común en perros nerviosos o inseguros, el ladrido les sirve para liberar su estrés).
– El miedo (a los ruidos fuertes, a personas desconocidas, etc.).
– El “sentido” de territorialidad (como advertencia a los intrusos).
Es importante distinguir este tipo de hábitos de un problema específico y más complejo como es la ansiedad por separación, de la que ya os hablamos en esta entrada.
2. Seguir un método: ser constantes y pacientes.Dependiendo del origen de ese ladrido constante, y mediante la educación, intentaremos no favorecer esta conducta inadecuada.
-No fomentar el ladrido por demanda: los ladridos para llamar nuestra atención o solicitar algo (comida, juego, paseo, premio, caricias…) suelen comenzar cuando el perro es un cachorro. A menudo, al propietario le hace “gracia” que su pequeño se comunique con él de esa manera y cede concediéndole al perro lo que quiere en el momento que ladra. Promover esa conducta es un error ya que el perro comprenderá rápidamente que ladrando sin parar consigue todo lo que desea inmediatamente.
En este caso, podemos seguir tres pautas:
– Decirle “no” “silencio” o “calla” en el momento que comience, de forma serena pero sin gritarle jamás (esto solo le creará ansiedad y más ganas de ladrar). Si tenemos “suerte” y el perro cesa de ladrar en ese momento recompensaremos positivamente esta actitud. Manteniendo este sistema, el perro aprenderá que estar tranquilo y sin ladrar es un comportamiento correcto.
– Si no logramos los resultados apetecidos, entonces lo ignoraremostotalmente mientras ladra, sin prestarle la más mínima atención. Incluso regañarle mientras está ladrando le hará creer que ya está consiguiendo nuestro interés. Lo que pretendemos con esta indiferencia es que el perro no espere ningún tipo de respuesta o atención por nuestra parte a esa conducta.
– El reemplazo: se tratar de evitar este comportamiento indeseado enseñándole una conducta alternativa que sustituye y evita la incorrecta. Esta estrategia requiere constancia y paciencia, y suele dar buenos resultados. Por ejemplo, si sabemos que nuestro perro ladra “como un loco” por que quiere jugar a la pelota con nosotros, enseñémosle a buscar la pelota, traerla, sentarse y entonces jugar con nosotros. El aprendizaje le permite focalizarse en una “tarea útil”, que evita su aburrimiento, le mantiene activo y es recompensado.
Mi perro ladra constantemente ¿qué puedo hacer?
3. Cuerpo y mente en plena forma.Si tu perro ladra para expresar su aburrimiento o frustración debidos a la falta de actividad tanto física como “mental”, practicar regularmente deportes como el CanicrossAgility, o Habilidades Caninas suele ser una de las mejores y más divertidas formas de “terapia” para conseguir que se sienta equilibrado emocionalmente y totalmente integrado en su familia ¡Te sorprenderá!
En ocasiones, y según la complejidad del problema, es necesario pedir asesoramiento a un etólogo o educador profesional para que nos ayude a corregir esta conducta.

domingo, 21 de mayo de 2017

Todo sobre las proteínas


Todo sobre las proteínas
Las proteínas son nutrientes imprescindibles para el organismo de nuestro perro. Una de sus funciones principales es la estructural o plástica, es decir ayudan a fabricar y regenerar los tejidos (músculos, tendones, ligamentos, hueso, cartílago, pelo, etc.), pero también intervienen o regulan la mayoría de los procesos vitales del perro como el transporte de oxígeno, la fortaleza del sistema inmunológico, el crecimiento o la reproducción de células, por ejemplo. Por tanto el correcto aporte de proteínas en la alimentación de nuestro perro es un asunto de suma importancia, ya que no se trata solo de cantidad sino, fundamentalmente, de la calidad de las mismas.
1. El papel de las proteínas: esenciales para la vidaA grandes rasgos, se puede decir que son dos las funciones principales que desempeñan las proteínas en el organismo de nuestro perro:
– La función estructural: las proteínas son esenciales para conformar y mantener el tejido muscular, los componentes estructurales de tendones y ligamentos y el tejido óseo, así como para formar la piel, el pelo y las uñas.
-La función metabólica: en este grupo se encuentran las enzimas, que actúan como catalizadores de procesos biológicos (biocatalizadores), y la mayoría de las hormonas, y las proteínas que ejercen una función de transporte, como la hemoglobina de la sangre. Asimismo el sistema inmunológico está basado en proteínas, porque los anticuerpos, responsables de las reacciones de defensa del organismo, son grandes moléculas proteicas.
El correcto aporte de proteínas mediante una alimentación de excelente calidad es esencial durante todas las etapas de la vida de nuestro perro: un cachorro o un perro joven las necesita para formar nuevos tejidos (si el pienso que consume es deficitario en proteínas o estas son de baja calidad, presentará un menor aumento de peso y alteración en su desarrollo) y un adulto las precisa para mantener piel, pelo, masa muscular y enzimas digestivas, además de otras reacciones metabólicas en las que intervienen las proteínas.
2. Digestibilidad y valor biológico: la claveEl organismo del perro puede utilizar las proteínas dependiendo de su digestibilidad y de su valor biológico, esto es lo más importante. No todas las proteínas son iguales.
Las proteínas más digestibles son las que se convierten fácilmente en nutrientes “útiles” para el perro y además, dado que contienen todos los aminoácidos esenciales para cubrir las necesidades nutricionales del animal, se les conoce como “proteínas de alta calidad”.
Por el contrario, las que son poco digestibles o deficitarias en aminoácidos esenciales se consideran de “baja calidad”. Se ha demostrado científicamente que cuanto mayor es la calidad de la proteína, menor cantidad necesita el perro para cubrir de forma óptima sus requerimientos nutricionales.

Las proteínas están formadas por una serie de “unidades básicas” que son los aminoácidos: los no esenciales (que el cuerpo del perro puede producir por sí mismo) y los esenciales (indispensables para la salud y que deben ser obtenidos a través de la alimentación).  
Así, cuando hablamos del “valor biológico” o “biodisponibilidad” de una proteína se hace referencia a la proporción de aminoácidos esenciales contenidos en esa proteína y a su facilidad de asimilación o “aprovechamiento” por el organismo. Mide la capacidad del organismo para convertir los aminoácidos absorbidos de esa proteína en tejidos. Si ese aporte es óptimo calificaremos a la proteína como de alto valor biológico.

Las fuentes de proteína animal de alta calidad proporcionan a perros y gatos aminoácidos en una proporción más equilibrada que la proteína de origen vegetal, pero hay que tener en cuenta que la calidad de la proteína animal puede oscilar desde excelente hasta muy baja, como cuando incorporan una gran cantidad de harinas de hueso, con muy baja digestibilidad y que suelen contener minerales en exceso.
Puesto que las proteínas no se almacenan en el organismo (aunque este tenga la capacidad de movilizarlas a partir de ciertos tejidos corporales en situaciones de especial necesidad), es fundamental cuidar que la calidad proteica en el pienso de nuestros perros sea excelente. El excedente de proteínas en la dieta se utiliza para obtener energía o se convierte en glucógeno o grasa para su almacenamiento. Por ello la dieta debe contener carbohidratos y grasas suficientes para garantizar que no se metabolizan las proteínas para obtener energía.

viernes, 12 de mayo de 2017

¿Por qué los perros se lamen las heridas?


perro lamiendo herida
Cuando un perro tiene un rasguño o una herida, esto le molesta, le pica, e instintivamente tiende a lamérsela. ¿Por qué se lamen las heridas? Es su único recurso natural para encontrarse mejor. La leyenda urbana dice que la saliva le cura la herida, pero ¿qué hay de cierto en esto?
Una conducta ancestral que no resulta muy eficazEn la boca del perro, al igual que en la nuestra y en la de otras especies, viven un gran número de gérmenes y bacterias, que no parecen muy “recomendables” higiénicamente para entrar en contacto con los arañazos o heridas. Existen numerosos estudios que disertan sobre la cantidad, mínima, de efecto desinfectante y neutralizador hacia algunas bacterias que puede transportar la saliva del perro hasta la herida, (por ejemplo, el ácido ascórbico de la saliva reacciona con los nitratos de la piel formando pequeñas concentraciones de monóxido de nitrógeno que se cree que ayuda ligeramente a la desinfección de la herida) pero actualmente y gracias a la ciencia veterinaria sabemos que el riesgo de infección y los perjuicios de mantener húmeda la herida son mucho mayores que el cuestionable beneficio que provoca el lametazo continuo.
Los veterinarios lo tienen claroLos profesionales saben que la mejor manera para la adecuada cicatrización e higiene de una herida es mantenerla seca y “protegerla” de los constantes intentos del perro por lamérsela. Por eso, con buen criterio, lo primero que suelen hacer en cuanto existe una herida a la que el perro puede acceder, o tras una cirugía, es ponerle a nuestra mascota un collar isabelino –popularmente conocidos como “campanas”, “lámparas” o “embudos”-, para evitar que se la lama, lo que ralentizaría su curación.
Lamedores compulsivosHay muchos perros, que por aburrimiento o estrés, tienden a lamerse con frecuencia las “manos” delanteras. Se pasan largos ratos “chupa que chupa” ensimismados, para desesperación de sus propietarios. Este gesto les hace segregar endorfinas que les producen un efecto de relajación y calma, pero les conducen hacia un círculo vicioso. Esta conducta en un perro sano –si es que no es para deshacerse de alguna espiga u otro cuerpo extraño–, puede degenerar en una especie de “obsesión” para él, nada beneficiosa, ya que llevada a extremos suele producir trastornos cutáneos severos como la dermatitis acral por lamido y heridas debidas la constante fricción de la lengua sobre esa zona y a la humedad que originan en esa parte concreta de su cuerpo.