martes, 19 de enero de 2016

Estudio demuestra que los perros pueden reconocer las emociones humana


Estudio demuestra que los perros pueden reconocer las emociones humanas
(Veo Verde)
El estudio realizado por expertos en el comportamiento de animales y psicólogos de la Universidad de Lincoln y la Universidad de Sao Paulo, comprobaron que los perros pueden reconocer estados positivos y negativos de los humanos.
Cada cierto tiempo se conocen más antecedentes del comportamiento de los animales, especialmente en torno a los perros y su relación con los humanos, en donde estudios anteriores han demostrado que los perros podían diferenciar las emociones humanas con las expresiones faciales, pero aún no se sabía si podían lograr el reconocimiento emocional de los humanos. Hasta ahora.
Un equipo de expertos en el comportamiento de los animales y psicólogos de la Universidad de Lincoln y de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, ha comprobado que los perros pueden reconocer estados positivos y negativos de los humanos.
Para realizar esta investigación que publica la revista Biology Letters de la Royal Society Británica, los científicos colocaron a 17 perros frente a imágenes de rostros humanos que expresaban alegría o ira, asociadas a la voz de una persona contenta o enfadada respectivamente.
De esta manera, las imágenes de rostros felices se asociaban sucesivamente a una voz agradable. Luego hicieron lo mismo con imágenes de personas visiblemente molestas.
El equipo observó que los canes pasaron significativamente más tiempo mirando las expresiones faciales que coincidían con el estado emocional y la vocalización.
La integración de los diferentes tipos de información sensorial indica que los perros tienen representaciones mentales de los estados emocionales positivos y negativos de los humanos.
(Lincoln University)
(Lincoln University)
Daniel Mills, uno de los autores del estudio, indicó en el sitio web de la Universidad de Lincoln que la investigación trata de dar una conclusión científica sobre el comportamiento del perro cuando está con el humano:
Es un debate antiguo si los perros pueden reconocer las emociones humanas o no. Muchos dueños de perros cuentan de forma anecdótica que sus mascotas parecen muy sensibles a los estados de ánimo de los miembros de la humanos de la familia.
Sin embargo, hay una diferencia importante entre la conducta asociativa, como aprender a responder adecuadamente a una voz enojada, y el reconocimiento de una serie de señales muy diferentes que van de la mano para indicar activación emocional en otro ser. Nuestros hallazgos son los primeros en mostrar que los perros realmente reconocen emociones en los seres humanos y otros perros.
Además, los investigadores indicaron que durante el experimento, los perros no dispusieron de un periodo de familiarización con los humanos elegidos. Esto sugiere que la capacidad para asociar señales emocionales es algo propio del animal.

domingo, 17 de enero de 2016

La llegada de otro perro a casa


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Ya tenemos un perro, pero hemos decidido tener otro compañero canino más. En estos casos debemos tener en cuenta un protocolo de presentación al más antiguo. En esta entrada os dejamos unos consejos para que sea lo más fácil posible y comiencen con buen pie su convivencia.
1. Presentarlos en un espacio neutral: lo mejor es dejar que los perros se familiaricen en un territorio neutral para ellos, como por ejemplo al aire libre. Cada perro debe ir con correa, y debemos ir preparados con golosinas de alta palatabilidad o trocitos de comida. Al principio, pasearemos a los perros a una distancia donde puedan verse. Si los perros no están mostrando ningún comportamiento negativo, les recompensaremos con una golosina. Lo repetiremos con frecuencia si se muestran tranquilos o, por ejemplo, cuando se estén mirando sin ningún signo de agresividad.
2. Prestemos atención al lenguaje corporal de cada perro: observemos cuidadosamente las posturas corporales que indican una respuesta defensiva o de desconfianza, incluyendo el pelo encrespado en su espalda, gruñidos, dientes al descubierto o mirada fija. Si vemos este tipo de reacciones en los perros, de inmediato y con calma interrumpiremos la interacción e intentaremos reconducir su atención hacia otra cosa.
Si los perros parecen relajados y cómodos, se puede acortar la distancia entre ellos. Una vez más, ofreceremos golosinas mientras permanezcan en esta actitud.
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3. Dejemos que los perros determinen el ritmo de la presentación: es posible que los perros necesiten un tiempo para interaccionar, o que tarden simplemente en caminar uno al lado de otro. Lo más importante es realizar esta presentación lentamente. Cuanta más paciencia tengamos, mayores serán nuestras oportunidades de éxito. No obliguemos a los perros a estar juntos si no lo desean.
Una vez que son capaces de una proximidad cercana, permitiremos que caminen uno tras otro, o a la par, dejando por último que se relacionen bajo estrecha supervisión.
4. Vigilancia en el hogar: cuando los perros estén ya en casa, es conveniente supervisarlos y, si han de quedarse solos, utilizar un separador para que puedan verse. Reforzaremos el comportamiento positivo, con golosinas y halagos.
No dejemos a su alrededor juguetes o comida por la que potencialmente podrían luchar, hasta que estemos 100% seguros de que la relación entre ambos marcha bien.
En caso de que no consigamos que la presentación sea satisfactoria, la mejor opción es siempre consultar a un veterinario etólogo que nos indique qué debemos hacer para cada caso concreto.