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Para los perros los juguetes no son un lujo, sino una necesidad. Y en estas fechas, ¿por qué no hacer un regalo especial a nuestro mejor amigo? Es una buena idea, pero eso sí, hay que tener cuidado al elegir aquellos que no resulten peligrosos para él.
Los juguetes ayudan a combatir el aburrimiento, también pueden proporcionar tranquilidad y pueden ayudar a prevenir que desarrolle ciertos problemas de comportamiento.
Los perros suelen estar más que dispuestos a jugar con cualquier cosa que caiga entre sus patas. Esto significa que debemos hacer una selección de los juguetes que hemos elegido para nuestro amigo y asegurarnos de que todos son seguros para él.
¿Cómo asegurarnos de que los juguetes de nuestro perro son seguros?
Muchos factores contribuyen a la seguridad o peligrosidad de un juguete, aunque debemos considerar también el entorno en que nuestro perro pasa su tiempo. En general, podemos dar las siguientes pautas:
- Tamaño adecuado: los juguetes deben ser apropiados para el tamaño del perro. Si es demasiado grande no jugará con él, y si es demasiado pequeño puede ser fácilmente tragado provocando una obstrucción o asfixia.
- Juguetes “a prueba de perros”: evitemos cualquier juguete que no posea la resistencia adecuada, pues podría romperse o astillarse, o aquellos que posean hilos, cintas o cuerdas por el peligro de ingestión que conllevan.
- Cuidado con cascabeles o silbatos: cualquier juguete que contenga un cascabel o silbato en su interior es un potencial peligro para nuestro perro. Puede acceder a él e ingerirlo, lo cual supone un riesgo para su salud.
- Juguetes de peluche: busquemos juguetes de peluche que están etiquetados como seguros y que no contienen rellenos peligrosos. Incluso así puede que no sean totalmente recomendables, pues debemos tener en cuenta que no todos los peluches son indestructibles, y pueden acabar en el tracto digestivo de nuestro perro.
- Huesos de cuero: es recomendable dárselos a nuestro perro solo bajo supervisión. Tras masticarlos durante un tiempo, puede darse el caso de que un trozo demasiado pequeño represente riesgo de asfixia.
- Juguetes de distracción: un juguete tipo Kong® o de fibra para masticar le proporcionará largo tiempo de entretenimiento. Existen varios grados de dureza y consistencia, con que debemos elegir la más adecuada para nuestro amigo para que no se fragmente y termine en su estómago.
En todo caso es recomendable supervisar el juego y nunca debemos sustituir nuestra interacción con nuestro perro por un juguete. Jugar con nosotros es lo que le hará más feliz.
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